Artes Marciales


 


Las artes marciales se dividen en dos grandes grupos: Las llamadas artes marciales duras o externas como el Karate y el Kickboxing, que enfatizan el ataque para derrotar al contrincante y las artes marciales suaves o internas como el Judo y el Aikido, que abordan al oponente de manera menos agresiva, valiéndose incluso de la fuerza de este último para someterle. Es difícil comparar la efectividad de las diversas artes existentes. En estos días, se desarrollan competencias como Ultimate Fighting Championship en los Estados Unidos o Pride en el Japón, que también son conocidas como artes marciales mixtas o torneos de AMM. Si bien aún está por verse el éxito o fracaso comercial de estos eventos, es interesante notar que ciertos sistemas tienden a imponerse en estas competencias sin reglas. Quienes apoyan esos sistemas justamente se valen de esto como argumento de la verdadera efectividad de su estilo. Las artes marciales se definen más o menos así: a través de la historia, al soldado en el campo de batalla lo único que le importa es derrotar al contrincante que le enfrenta. El que un estilo sea suave o duro o cuántos puntos se consiguen con un golpe son detalles y temas de discusión que surgen en tiempos de paz cuando se trata de un combate cuerpo a cuerpo. La historia de las artes marciales es extensa. El desarrollo de los sistemas de combate data desde que el hombre fue capaz de transmitir el conocimiento, junto con las estrategias de guerra. Parte del material escrito más antiguo sobre el tema data del siglo XV en Europa y su autoría corresponde a maestros notables, como Hans Talhoffer y George Silver. También han llegado a nuestros días transcripciones de textos aún más antiguos, uno de ellos es un manuscrito denominado I.33, que data de finales del siglo XIII. Los artistas marciales difieren respecto al asunto de las competencias. Ciertas artes, como el Boxeo o el Muay Thai, dan énfasis a los enfrentamientos de práctica y a participar en competencias, mientras que las formas más frecuentes de Aikido y Krav Magá rechazan las competencias. Las razones que sustentan estos puntos de vista son diversas. Muchas de las artes competitivas argumentan que las competencias dan lugar a técnicas mejores y más eficientes. Sin embargo, ciertos estilos no competitivos sostienen que las reglas con las que se desarrollan estas competencias afectan al arte y no son representativas de lo que puede ocurrir en una situación real. En los últimos años, se han llevado a cabo intentos por revivir ciertas artes marciales consideradas históricas. Ejemplos de esta reconstrucción histórica de las artes marciales son el Pankration y la escuela Shao Lin, que no posee una tradición continua.


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